Las mutaciones inducidas
surgen como consecuencia de la exposición a mutágenos químicos o biológicos o a
radiaciones. Entre los mutágenos
químicos se pueden citar:
§ los análogos de bases del ADN (como
la 2-aminopurina), moléculas que se parecen estructuralmente a las bases
púricas o pirimidínicas pero que muestran propiedades de apareamiento erróneas;
§ los agentes alquilantes como la
nitrosoguanidina, que reacciona directamente con el ADN originando cambios
químicos en una u otra base y produciendo también apareamientos erróneos;
§ y,
por último, los agentes
intercalantes como las acridinas, que se intercalan entre 2 pares
de bases del ADN, separándolas entre sí.
Como mutágenos biológicos podemos
considerar la existencia de transposones o virus capaces de
integrarse en el genoma.
Las radiaciones
ionizantes (rayos X, rayos cósmicos y rayos gamma) y no ionizantes (sobre todo
la radiación ultravioleta) también inducen mutaciones en el ADN; las primeras
se originan por los radicales libres que reaccionan con el ADN inactivándolo, y
las segundas aparecen como consecuencia de la formación de dímeros de
pirimidina en el ADN, es decir, como consecuencia de la unión covalente de 2
bases pirimidínicas adyacentes.
Un agente utilizado a
menudo para inducir mutaciones (mutagénesis) en organismos experimentales es
el EMS (sulfato de etilmetano).
Este mutágeno puede alterar la secuencia del DNA de diversas maneras como
modificar químicamente las bases de G en DNA. Esta alteración en la secuencia
de un gen se conoce como mutación
puntual.
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